Cuestión de semanas por Ángel García Banchs
Debemos estar alegres, porque ahora en la relación entre la política y la economía, la política ha de pasar a ser el siervo, y no el amo, el medio y no el fin.
La situación de los inventarios en Venezuela es sumamente crítica. En semanas habrá un colapso repentino y sorpresivo del consumo, no porque no haya suficientes bolívares para financiarlo (no por la inflación), sino, fundamentalmente, por la escasez que se avecina. Será algo jamás antes visto, que poco tiempo después, estimamos, hará estallar el régimen de controles de cambio y precio, ajustándose lo político.
A finales de abril, el consumo podría literalmente desplomarse, al estar cercano a acabarse casi todo el activo real circulante de la economía nacional – i.e. los inventarios. La razón es sencilla: la demanda de consumo e inversión es acomodada en una proporción cada vez menor por la oferta, específicamente producto interno e importado, y en una proporción cada vez mayor por la desacumulación o quema de inventarios, actualmente en extinción.
El hecho es que, mientras siga la quema de inventarios (mientras haya existencias), la gente no palpará lo que trato de transmitir (lo que intento, creo fallidamente, comunicar); lógico, porque dicha quema de existencias ha jugado el rol de velo de ignorancia, haciendo creer a los políticos y al público general que actualmente la situación es mala, cuando en verdad la situación es de emergencia nacional.
Cuando ya no haya inventarios, y solo entonces, la creciente demanda de consumo, inmediatamente, tendrá que ajustarse al exacto tamaño de la escasísima y decreciente oferta de producto interno e importado, por lo que el consumo colapsará repentinamente, sorprendiendo a todos (políticos y público general).
Entonces, entenderemos que el gobierno puede que sea capaz de hacer lo que desee, imprimir dinero sin límites, subir los salarios a un ritmo mayor al de la productividad, hacer que el ratio de liquidez contra reservas del BCV y el dólar negro lleguen al infinito, pero, jamás podrá lograr lo imposible: hacer que los inventarios bajen por debajo de cero. Por primera vez en años, la economía se impondrá, y ante ella la política se postrará.
Por: Ángel García Banchs