Por qué Diosdado Cabello sigue siendo la piedra en el zapato de Maduro?

El periodista Danny Leguízamo del portal El Pitazo expuso en un artículo las razones de la relación “odio-amor” entre el presidente Nicolás Maduro y el primer vicepresidente del PSUV, Diosdado Cabello. 
En el texto, detalla cuáles han sido las “jugadas” de Maduro para mantener a Diosdado alejado de los principales cargos de poder, pero a la vez también cómo han formado una especie de alianza circunstancial por mera conveniencia.
Acá le dejamos el artículo completo, publicado en el portal El Cooperante:

“Lo saben Rafael Ramírez, Diosdado Cabello, Cilia Flores y Tareck El Aissami, entre otros. Frente a Hugo Chávez moribundo, hubo un pacto de sucesión presidencial entre Maduro, Cabello y Ramírez. Al llegar al Palacio de Miraflores, Maduro rompe el pacto y comienza una purga a lo internode la cúpula, degradando a Ramírez hasta reducirlo a su mínima expresión. No hizo lo mismo con Cabello, pero le restó poder. Tanto, que Cabello no tuvo injerencia efectiva en momentos clave de meses recientes. Por ejemplo, no tuvo piezas en el equipo negociador del régimen con la Oposición. Eso fue un asunto delegado a Jorge Rodríguez. No pudo Cabello presidir la Asamblea Nacional Constituyente. Eso se lo dejaron a Delcy Rodríguez. Tampoco fue Cabello protagonista de la campaña para la reelección de Maduro. De hecho, hubo un movimiento alterno al PSUV: “Somos Venezuela”, cuya encargada es, cómo no, Delcy Rodríguez.
Cada día se dibujan mejor los roles de la cúpula. Y se sabe que Cabello no es una pieza de Nicolás Maduro. Sabe el presidente que Cabello aspira y que forma parte de aquel pacto roto, mientras que por su parte, Cabello sabe que mantenerse dentro de la cúpula le asegura su propia supervivencia política. Es la única pieza del chavismo “originario” en la nueva cúpula del poder. Y Maduro no las tiene todas consigo. Somos Venezuela terminó siendo un rotundo fracaso: del presunto millón de inscritos, apenas se registraron 373.242 votos. Y el PSUV no movilizó la maquinaria como debía. Una nota del diario español ABC lo conjetura de este modo:
La escasa participación fue ciertamente fruto del boicot del grueso de la oposición, pero también hubo una intencionada menor movilización del aparato del partido gubernamental, que estaba a cargo de Diosdado Cabello. Era la forma con que Cabello –número dos en el partido, pero no del Gobierno– quería debilitar a Maduro para impedir ser ‘liquidado’ por este. El futuro que Maduro dé a Cabello será el más claro indicador de la posición de fuerza o debilidad del presidente venezolano a lo largo de los próximos meses.
Ex profeso o no, lo cierto es que Maduro no ha podido purgar a Diosdado Cabello. Y sigue siendo su piedra en el zapato de la vieja cúpula y a cuyos miembros traicionó apenas llegando al Palacio de Miraflores”.

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