CULILLO EN LA FILAS – El asalto al Fuerte Paramacay obligó a Maduro a ordenar aumentar la seguridad en bases militares
El asalto de este domingo a una base militar en el estado Carabobo que dejó dos muertos y diez detenidos llevó al presidente Nicolás Maduro a ordenar que se extreme la seguridad en las instalaciones castrenses de todo el país ante lo que calificó de ataque terrorista.
“He ordenado que se revisen y se eleven todas las medidas de prevención y seguridad de todas las unidades militares del país”, dijo Maduro durante su programa dominical que comenzó tarde ya que el mandatario estaba atento a los sucesos de Carabobo.
Un grupo de unos veinte hombres vestidos de militares y portando armas largas reivindicó en un vídeo una sublevación “contra la tiranía asesina de Nicolás Maduro” que fue reducida por el Ejército en el mismo Fuerte Paramacay donde habían asaltado la base de la 41° brigada blindada.
El portavoz rebelde se identificaba como el capitán Juan Caguaripano, que decía ser comandante de la operación David Carabobo y estar acompañado de oficiales, tropas activas y en reserva de todos los componentes de las Fuerzas Armadas y de policías dispuestos a “devolver la libertad a Venezuela”.
Según informaron fuentes militares, una parte de los asaltantes consiguió huir con un centenar de fusiles y varios lanzagranadas que hasta el momento no han podido ser recuperados.
Los muertos y detenidos son, según el presidente, nueve civiles y un teniente desertor. Otro teniente desertor se encuentra entre los que lograron escapar con las armas.
Otra fuente militar indicó a Efe que entre los detenidos hay tres oficiales de tropa de bajo rango -un sargento de la reserva de paracaidistas, un teniente que desertó hace tres meses de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) y un miembro de la Milicia- y cinco civiles.
Juan Caguaripano fue apartado de la Guardia Nacional (GNB) en 2014 por renegar en un vídeo a la revolución bolivariana y denunciar “la violación de la soberanía nacional” por parte de “agentes cubanos y grupos narcoterroristas extranjeros” en la administración pública y militar.
Desde entonces, había permanecido en la clandestinidad -según las Fuerzas Armadas venezolanas recibió protección en Miami- y ha sido implicado por el gobierno en un plan golpista que planeaba en 2015 el asesinato de Maduro.
Tras los hechos de este domingo, las Fuerzas Armadas expresaron su lealtad a Maduro y a la revolución bolivariana, y aseguraron que los apresados han confesado haber sido contratados por la “extrema derecha venezolana” para ejecutar su acción de hoy.
La asonada fue respaldada cerca del Fuerte Paramacay por una manifestación que fue dispersada por las fuerzas de seguridad.
El dirigente local del partido opositor Avanzada Progresista Ramón Rivas murió por herida de bala durante la concentración, confirmaron compañeros de filas.
La Fiscalía había contabilizado hasta ahora un total de 121 muertos desde que comenzó el pasado 1° de abril la última ola de protestas callejeras contra Maduro.
El asalto al Fuerte Paramacay ocurre tras la instalación el viernes pasado de la asamblea nacional constituyente, impulsada por el chavismo para que cambie la Carta Magna y reordene, con la obediencia de todos los poderes constituidos, la estructura del Estado venezolano.
La constituyente buscará construir una sociedad sin clases y según la oposición es un intento de consolidar una dictadura en el país.
Diosdado Cabello culpó del asalto al Fuerte Paramacay a grupos terroristas mercenarios, y anunció la activación de planes de defensa para garantizar la seguridad interna al conocerse el ataque armado.
El presidente del Parlamento, Julio Borges, pidió al gobierno de Nicolás Maduro la verdad sobre lo que sucedió con la sublevación y le instó a que no culpe a la oposición de lo sucedido.
Información de EFE.