Los Runrunes de Bocaranda de hoy 09.03.2017
ALTO
¿ROJO APADRINADO?:
¡INCAPACES!:
MEDIO
¿IMPLOSIÓN ROJA?:
Todas las firmas y empresas dedicadas a encuestas y estudios de opinión que consideramos válidas y profesionales han concluido sus primeras entregas del 2017. Es más, ya se preparan a abordar los trabajos para el segundo cuatrimestre. El resultado en que absolutamente todas coinciden es en la valoración que los venezolanos tienen de su actual presidente, Nicolás Maduro. Es el gran actor: es la persona peor evaluada, el de más rechazo, el de menos apoyo popular, el que ocupa los primeros lugares en la causa de los principales problemas que todos los estratos de la población -especialmente los más pobres- identifican como prioritarios: inseguridad, desabastecimiento o escasez, alto costo de la vida. “…Apuestan sus nombres y su reputación” cuando señalan que es imposible -bajo cualquier análisis o consideración- que Nicolás Maduro gane una elección en este país. Es el personaje público que más ha galvanizado a la población venezolana, por encima de los límites de cada fracción o grupo ideológico. Maduro quedó atrapado en las utopías y fantasías del Plan de la Patria. Lo mas más grave es que parece le gustan, le entretienen y por eso sus interminables cadenas llenas de repeticiones tontas, mentiras recicladas, galimatías y las perennes ofertas de que vamos a un futuro mejor y seremos una gran potencia. Al calco del principal responsable del desastre que le pasó el volante en la carrera hacia el barranco. “Si todo sigue igual, aparte de incrementarse el hambre, profundizarse la devaluación y seguir el cuesta abajo de nuestro aparato productivo, la posición de Nicolás Maduro en las próximas encuestas debería generar una fuerte y sorpresiva reacción política dentro de lo que es hasta hoy el chavismo…” nos señala un respetado responsable de uno de estos trabajos. Tengo información, por lo demás, que Miraflores los conoce todos al detalle. Las reacciones públicas de dirigentes de partidos integrantes del llamado Polo Patriótico contra diversas acciones del desgobierno madurista son un primer indicio.
BAJO
NICOLÁS ERNESTO:
Pocos saben que Nicolás Maduro designó a su propio hijo, Nicolás Ernesto Maduro Guerra, como responsable de supervisar la situación actual de todas las obras vinculadas a Odebrecht en Venezuela. Es decir, que el hijo del presidente encabeza la mejor y probablemente más valiosa fuente de información sobre el más grande de los actos de corrupción que conozca la República, a razón de ser (no se rían del nombre del cargo que tiene Nicolasito) el “Director General de la Dirección General de Delegaciones e Instrucciones Presidenciales” desde el pasado 25 de enero de este año. Las reuniones que Nicolás Ernesto preside se celebran en el despacho del Director General del Ministerio de Transporte, es decir, en uno de los nidos en los cuales se fraguaron muchos de los actos de corrupción con la constructora brasilera. Asisten representantes de todos los despachos y organismos involucrados. Cartas, memos, informes van y vienen. Las fotocopias también. Los discursos son largos, como las explicaciones ideológicas. A ninguna de las historias escuchadas se le conoce autor responsable. Ya no están. Los de uniforme verde han sido entrenados para hablar poco en estas reuniones. ¿Qué sabrá y que podrá hacer la Fiscal General de la República con los resultados de estas sensibles funciones de Nicolás Ernesto?. Por lo pronto están saliendo desde Sao Paulo y New York copias de los puntos de cuenta firmados por el presidente Hugo Chávez a los distintos ministros que estuvieron al frente de los despachos de obras públicas, transporte, electricidad o de la CVG u otros entes contratatantes de la empresa brasilera. Seguro estoy que llamarán la atención todos los apuntes y notas al margen de esas aprobaciones hechas por la zurda mano presidencial. La importancia que Chávez le daba a la promoción mediática -circo rojo- de esas contrataciones así como su énfasis en reiterar que eso era socialismo se comprueba claramente. Esa memoranda no significa que el titular del ministerio haya cometido algun delito de corrupción, solo se usa para conocer el monto del dinero asignado. El galáctico -cuyos cuatro años de siembra pasaron sin pena ni gloria a pesar de la campaña que impulsó el régimen- necesitaba promocionar esas obras para que sus colegas presidentes, comprometidos por él y Lula en el esquema de corrupción disfrazada, siguieran su ejemplo. Ya uno de los exministros lió sus bártulos. Otros aguantan seguros que no los tocarán. Leeremos entonces los medios libres de Brasil, Ecuador, Bolivia, Colombia, Panamá y Perú…
¿Y LOS REALES?:
Desaparecidos de MinEducación para pagar el contrato colectivo. ¿Por eso sacó Maduro al ministro que reemplazó Jaua?…