Carta de Leopoldo López al pueblo de Venezuela tras la victoria perfecta el 6D

Haber ganado representa la conquista para la lucha democrática de una institución fundamental y representa un debilitamiento de la dictadura, en la búsqueda de su quiebre definitivo. Pero también queda claro que para que Venezuela cambie definitivamente debemos recuperar todas las instituciones. Hoy el TSJ nombrado inconstitucionalmente y que se pretende “renovar” entre gallos y madrugadas para incorporar más incondicionales al régimen antes de que se instale la nueva Asamblea, sigue secuestrado, imposibilitando que haya verdadera justicia en Venezuela. El Defensor del Pueblo solo defiende a la dictadura. La Fiscal General de la República protege a los poderosos y en Venezuela las víctimas que se atreven a denunciar son los que terminan acusados y encarcelados. La Contraloría General de la República solo funciona en épocas electorales para inhabilitar a todo el que piensa distinto, mientras de forma cómplice observa el mayor robo y saqueo que se ha hecho al pueblo venezolano en su historia. El CNE nuevamente jugó un triste papel en este proceso electoral, permitiendo la campaña más abusiva de la historia y extendió de manera ilegal la votación el domingo en un acto desesperado de la dictadura.
Con la victoria popular del domingo hoy la dictadura está debilitada, sí, pero aún mantiene secuestrados a los otros poderes del Estado y como ya anunció Maduro los usará para desconocer la voluntad expresada por el pueblo. Estoy seguro que nuestros diputados de la Unidad se mantendrán firmes y harán respetar la voluntad popular y que debemos manejar la victoria con humildad y serenidad, pero al ver la reacción que ha tenido Nicolás Maduro y Diosdado Cabello frente al triunfo democrático queda aún más claro que no podemos detenernos ni un instante en conseguir el cambio definitivo que tanto demanda nuestro pueblo. La dictadura está debilitada, sí, pero aún vivimos en ella y nuestro pueblo votó para cambiar un sistema que lo oprime, que lo humilla y que imposibilita que pueda encontrar las soluciones a sus problemas más sentidos. La dictadura está debilitada y es nuestro deber no darle respiro. Si Maduro y el resto de las cabezas de los poderes secuestrados por una élite corrupta y antidemocrática torpedean el cambio, pues hay que cambiarlos.
Estoy convencido que la nueva Asamblea Nacional no sólo tiene como tarea dictar leyes democráticas, sino que tiene un compromiso histórico de impulsar el cambio político que tanto anhela nuestro pueblo. Estamos obligados a impulsar al mismo tiempo el cambio político, el reimpulso económico y una nueva agenda social para todos los venezolanos, no hay duda, pero es una realidad y hay que ser responsable con nuestro pueblo hablándole con la verdad, que no habrá solución a los problemas que sufrimos sin que antes hayamos podido lograr el cambio político de la cúpula corrupta que hoy usurpa el poder. No es posible reactivar la producción nacional y por tanto vencer la escasez y la inflación, dos grandes sufrimientos de nuestro pueblo, mientras continúe en el poder un régimen que culpa de su derrota a una ficticia “guerra económica”. No es posible solucionar la inseguridad mientras continúe en el poder una dictadura, que no es solo cómplice de la delincuencia, sino que mantiene secuestrado el poder judicial y por tanto la esperanza de que exista justicia y no reine la impunidad.
Desde el 2014 hemos sostenido que hay que salir por la vía constitucional de este desastre lo más pronto posible. Frente a las inmensas injusticias que hoy sufre el pueblo venezolano, no hay espacio para el cálculo político ni para las conveniencias personales. Ante las injusticias, los atropellos y las violaciones a los derechos se reacciona. A las injusticias se les combate. A las injusticias se les planta la cara con decisión, sin miramientos ni recelos. Yo he decidió enfrentar a esta dictadura en todos los terrenos, tanto en la calle protestando legítimamente, en lo electoral y en lo moral y estoy convencido de que vale la pena.
Se trata de reaccionar frente a la urgencia; la situación del país, la destrucción del país, el sufrimiento de nuestro pueblo, lo amerita. Venezuela se cae a pedazos ante nuestros ojos. ¿Cómo le decimos a los venezolanos que viven angustiados de salir a las calles y con el temor de perder sus vidas, que debemos esperar hasta el año 2019 para cambiar este sistema? ¿Qué le decimos a los venezolanos que hacen colas todos los días y cuya situación económica empeora al mismo tiempo?
Como hemos dicho desde en el pasado, allí están los mecanismos constitucionales. Ratifico el compromiso con mis compañeros de la Unidad para que tal como acordamos en julio de 2015, demos una discusión profunda sobre cual mecanismo activar para lograr el cambio político, si es el revocatorio, la enmienda, la renuncia o la constituyente.
La dictadura está debilitada, sí, pero seguimos viviendo en ella; la dictadura está debilitada y es deber de los demócratas no darle respiro. Unidos lo lograremos. ¡Fuerza y Fe!

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