GUISOS ACEITEROS DE LOS HERMANOS CABELLO: Así se maneja la red hamponil en “Industrias Diana”
EL GRAN GUISO DE LAS GRASAS Y ACEITES: Olla podrida en la expropiada “INDUSTRIAS DIANA”. La mafia de los “Cabello” metidos hasta los
“tequeteques” en los guisos aceiteros (+mafiosos)
Mientras que en la Kraft y en Alimentos Polar, la producción de mayonesa, salsas y quesos untables, están completamente paralizadas por falta de Aceite de Soya, en la expropiada Industrias Diana la “Revolución Chavista” estructuró una compleja y sólida red hamponil, que saquea millones y millones de dólares.
En Gaceta Oficial N° 40.627 de fecha 25 de Marzo del 2015, Nicolás Maduro designó a Carlos Alberto Osorio Zambrano como nuevo Ministro de Alimentación, sacando así del juego a Yván José Bello Rojas, o al menos así lo pensaba el bigotón.
El Coronel de la FANB Yván Bello, es pieza de amplia confianza de los hermanos José David y Diosdado Cabello Rondón, lo que lo ha colocado en cargos importantes de la alta Política. Sus andanzas en el Seniat, en PDVAL y en la dirección del Ministerio de Alimentación, no se deben a méritos propios o a la búsqueda de soluciones para los graves problemas que hunden a el Pueblo Venezolano cada día más en la miseria.
Este Coronel de la “Patria”, es sólo una ficha clave en el saqueo de millones de dólares que la mafia de los “Cabello” le causan a las arcas del país.
Sabemos que el poder económico y militar lo posee Diosdado, lo que le hace burla a las decisiones de cualquier Ministro o del mismísimo Nicolás. Esto muy bien lo sabe el M/G Carlos Osorio, uno de los grandes hombres de confianza del fallecido Hugo Chávez, puesto que este ya lleva cuatro meses dirigiendo la cartera de alimentos y en este tiempo no ha podido realizar cambios relevantes en este Ministerio podrido y repleto de delincuentes.
Es que Yván Bello Rojas luego de su despedida como Ministro, fue colocado por los “Cabello” en nada más y nada menos que en la Secretaría General del Seniat, en donde maneja a su antojo todas las importaciones, y con exclusividad las de Buques de Crudo de Soya y de Palma; materia prima de donde se refinan los aceites necesarios para la fabricación de margarinas, mayonesas, salsas y untables.
Es que el gran negocio en dólares que obtienen los chavistas por la importación de alimentos, ha destruido completamente el desarrollo de la producción nacional. Un 70% de los alimentos que se consumen en el país son importados, lo cual nos ubica en una ridícula posición frente a una supuesta “soberanía alimentaria” que nos viene vendiendo la “Revolución” por al menos una década y media.
Simplemente el alto Gobierno es el primer beneficiado en que se agudice la escasez de productos, pues así estos corruptos de cuello rojo incrementan sus importaciones, manoseando así más y más millones de dólares.
En el caso de Industrias Diana, Yván Bello desde el Seniat y con sus fieles tentáculos en C.A.S.A. y en CENCOEX, vela por el incalculable chorro de dólares que resultan de todos los buques de Crudo que son importados desde Argentina, Bolivia y Ecuador. Bello Rojas es la pieza de Diosdado en estas operaciones. Toda una mafia que nada tiene que envidiarle a los gánsteres chinos, rusos o italianos.
Pero aquí no termina esto, no hay guiso sin aliños y condimentos. Ya conocemos quien se sirve la guarnición carnosa del estofado, pero falta saber a quien le toca el “pegao” de la olla.
Yván bello Rojas no perdió tiempo en sus escasos seis meses en el MINPPAL, cercó muy bien los intereses y negocios de su patrón. Para Industrias Diana, Bello recomendó a Franco José II Leandro Izquierdo y fue así como Diosdado le ordenó a Maduro la colocación de este en la aceitera. Leandro Izquierdo lleva ya casi un año gerenciando a la Diana, y aunque todo el Chavismo conoce su descarada incapacidad y corrupción, nadie puede con él. Sus tornillos los mantiene apretados el mismo Diosdado. Lo necesita ahí. Es garantía del caudal de dólares que le surte la Dianita.
A cambio de sus favores, Franco Leandro raspa la cacerola, se embolsa millones y millones de bolívares en sus variados trances, entre los que destacan los desvíos de gandolas de aceite, margarina y crudo hacia la República de Colombia y la venta clandestina de crudo de Palma y de Soya, a distintas Empresas de alimentos en Venezuela. Es en esta última actividad, donde se lucra considerablemente Leandro y su equipo de Diana, ya que por cada cisterna de crudo que venden por debajo de la mesa, estos perciben al menos unos ocho millones de bolívares fuertes.
Solo Dios y “Dios-dado”, sabrán cuanto crudo de Palma y de Soya han contrabandeado Franco Leandro y sus lacayos, aunque dicen por ahí que son como unas cincuenta gandolas.
Los que también han sabido aprovecharse de estas trampas, son la gente del Sebin y los de la Contraloría General de la República. Estos le han jurungado a Franco Leandro hasta por debajo de las uñas, y toda marramucia que aflora la han pactado a punta de billete trancao.
El Sebin aprovechó primero, cuando detectó que Carlos Blonval, alto pana de Franco Leandro y socio de este en una empresa de publicidad, estaba saqueando una filial de Diana de nombre Indugram La Fina. Blonval era el Gerente General de esta Empresa expropiada también por el chavismo; Leandro lo puso en ese cargo y fue tal la pudrición detectada que a la final lo destituyó y silenciaron al Sebin con una muy alta suma de dinero.
Luego le tocó su parte a la Contraloría General de la República, estos llegaron el 04 de Junio del presente año con la intención de auditar a la Diana, consiguiéndose así la peor pestilencia corrupta de todas las habidas. Fue tanta la gusanera, que ahí si tuvo que salir Diosdado en persona para mandar a detener el bochinche que se le había armando en el Kiosco. Le dieron su buen saco de dólares a algunos, y de bolívares a otros, y a la final la Diana quedo pepita y repotenciada para seguir fabricando divisas a los bolsillos del patrón.
Nada más se supo de estos casos… todo quedó en silencio… como si nada hubiese pasado…
Así se maneja la mafia aceitera del Chavismo, y esto es solo un vaso de agua en este infinito océano de corrupción. Lo mismo ocurre con el Maíz, con el trigo, con el arroz, con las medicinas, con los repuestos para vehículos… con todo!!!
Mientras en Industrias Diana está instalada una de las mafias mas bastas y vulgares del país, el pueblo brega cotidianamente para conseguir una mayonesa, una margarina o un queso para untar. Y mientras, Empresas como Alimentos Polar y la Kraft, se encuentran paralizadas y sus Trabajadores a la deriva.
Esto no importa… mientras exista el Imperio, esta corrupta Revolución tendrá siempre alguien a quien culpar.