Bloomberg: Quiebre de Venezuela se acelera y el mundo debería prepararse para lo peor
¿Qué sucede cuando el país con las reservas de petróleo más grandes del mundo se convierte en un Estado fallido? A medida de que el gobierno de Venezuela se vuelve cada vez más despótico, se aceleran las protestas y, a pesar de muchas advertencias, el mundo no está preparado para las consecuencias.
El Cooperante
Los titulares recientes se leen como la trama de un thriller de Hollywood: según Nicolás Maduro, asesinos entrenados en Colombia intentaron matarlo con drones cargados de explosivos mientras daba un discurso televisado. Él ha respondido con una amplia represión , que incluye el encarcelamiento y la supuesta tortura de uno de sus oponentes más elocuentes, publicó Bloomberg en su página web.
Cuando las teorías sobre los orígenes del ataque se multiplicaban en Caracas, un juez de Delaware, Estados Unidos, dictaminó que una empresa minera canadiense podría apoderarse de los activos de la empresa matriz de Citgo Petroleum Corp., una pieza clave de la compañía petrolera estatal venezolana que financia el gobierno.
El país ya está en mora en más de 4 mil millones de dólares en bonos. Su economía se ha reducido en casi un 50 por ciento desde 2013, y la hiperinflación que puede alcanzar el millón a finales de este año. Si la decisión del juez de los Estados Unidos se mantiene, el castillo de naipes económico del Gobierno venezolano podría colapsar.
Mientras tanto, la crisis humanitaria generada por la represión de la población y la mala gestión de la economía continúa extendiéndose. La comida, las medicinas, la electricidad e incluso el agua corriente escasean, y los militares controlan cada vez más su distribución. Más de 2 millones de venezolanos se han marchado a países vecinos o a EEUU, donde se han convertido en el mayor grupo de solicitantes de asilo.
Estados Unidos y la Unión Europea (UE) necesitan aumentar la asistencia a Brasil, Colombia y Ecuador, entre otros, tratando de hacer frente a una crisis de refugiados que se acerca a las proporciones de Siria. No se puede ofrecer ese apoyo financiero, por supuesto, hasta que Venezuela tenga un gobierno dispuesto a restaurar la democracia y aplicar políticas económicas realistas.
EEUU y la UE deberían dejar en claro a Maduro que el uso del incidente con los drones como pretexto para encerrar y abusar de opositores inocentes provocará más congelaciones de activos, prohibiciones de viajes y posibles enjuiciamientos por parte de la Corte Penal Internacional.
Sin embargo, hay límites a lo que las sanciones pueden lograr y los peligros al aplicarlas sin rodeos. Además, los nuevos gobiernos en México y España son reacios a presionar a Maduro.
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, por ejemplo, está a favor de una política de no intervención, que solo ignora el peligro en cuestión. China, por su parte, continúa respaldando al Gobierno de Maduro con acuerdos de préstamos por petróleo que en este momento amenazan con socavar la buena voluntad regional de China.
El propio Maduro parece confiar en que puede evitar el colapso de su país con una mezcla de políticas económicas equivocadas y control férreo. Y no puede. Pero un derrocamiento violento de su gobierno pondría en riesgo peores resultados: guerra civil, por ejemplo, o dictadura militar. La oposición pacífica continuada, respaldada por la presión internacional y la ayuda humanitaria sólida, sigue siendo el mejor camino.
El resto del mundo debe hacer todo lo posible para ayudar a conducir a Venezuela hacia un futuro mejor y, al mismo tiempo, prepararse para la crisis económica y humanitaria que tal vez no pueda evitar